En la clase de 4 años los niños y niñas hacen sus primeros pinitos con la escritura.
Ya reconocen muchas letras y son capaces de copiar pequeños textos.
Por ello, hay un libro viajero por las casas de cada uno de ellos, en el que explican cómo se llaman y por qué eligieron sus padres ese nombre.
Cuando llegan a las casas pueden las familias conocer mejor a los compañeros de sus hijos e hijas.
Lola se llama así porque a su madre le gustaba ese nombre, y además era el nombre de su bisabuela.
Mía se llama así porque les gustaba el nombre a sus padres.
Thiago tiene su nombre porque a su papá le gustaba este nombre italiano.
A la mamá de Cayetano le encantaba ese nombre aunque su padre no estaba muy convencido.